By Timothy Williams, Senior Director of Formation and Leadership Development
One of the central tenets of our Vincentian spirituality is trust in Divine Providence, which calls us to place God’s will always above our own. St. Vincent went so far as to say that this alone was the way to sainthood, telling St. Louise, “Oh, how little it takes to be very holy: to do the Will of God in all things.” [CCD II:47] This leads us to an obvious question: how can I know God’s will?
The reason that we, like Bl. Frédéric, struggle with this question is that we are aware of its great importance, not only in the works of the Society, but in our personal lives. Our process of discernment seeks not to simply find an answer, but to discover the answer; God’s answer. As a young man, Frédéric struggled with his choice of vocations, feeling an obligation to his father’s wish for him to be a lawyer, his own wish to pursue an academic career in letters, and the tug he felt in his heart towards the priesthood. At the same time, he was swayed by the encouragement of many people in his life to become a voice in defense of the church; a leader in its revival and growth.
Describing his discernment to a friend, Frédéric said he’d “had a hard apprenticeship in a virtue which was unfamiliar to me-the abandonment of myself to the divine will.” [182, to Lallier, 1838] So often, his plans seemed dashed, but rather than immerse himself in discouragement, he continually sought God’s will in the people and events in his life, asking, in the wake of some early disappointments, “might not that combination of circumstances be in itself a sign of the divine will?” [Baunard, 80]
Discernment of God’s will, then, is not a single event; a flash of insight that tells us every step to take for the rest of our lives. “It is not enough to take a superficial glance,” Frédéric explained. “You need repeated reflection.” [34, to Falconnet, 1831] We discover God’s will most often in small glimpses, revealed in the events around us, and in the people who know us. Through our reflections – apostolic reflections – on our Home Visits and other works during our Conference meetings, we seek God’s will, so that we can grow in the holiness that Vincent tells us is to be found in His will.
Finding God’s will, if only for the moment, we then must “go in simplicity where merciful Providence leads us, content to see the stone on which we should step without wanting to discover all at once and completely the windings of the road.” [136, to Lallier, 1836] And this brings us to the second, and perhaps greater challenge of discerning God’s will: acting on it.
The late General Norman Schwarzkopf once said that “the fact of the matter is, you almost always know the right thing to do. The hard part is doing it.” In a similar way, Bl. Frédéric’s prayers to see God’s will continued in a new way once he believed he understood it.
“Up to the present I asked for light to know His will; I ask now for the courage to do it.” [Baunard, 184]
Contemplate
Do I seek to discern His will in the people and events of my life?
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Traducción de Sandra Joya
Uno de los principios centrales de nuestra espiritualidad Vicentina es la confianza en la Divina Providencia, que nos llama a poner siempre la voluntad de Dios por encima de la nuestra. San Vicente llegó a decir que esto era lo único que conducía a la Santidad, diciendole a Santa Lucía “” Oh, que poco se necesita para ser muy santo”” hacer la Voluntad de Dios en todas las cosas. ( CCD II 47)
Esto nos lleva a una pregunta obvia ¿ Cómo puedo conocer la Voluntad de Dios?
La razón por la cual nosotros, como el veato Frédéric luchamos con esta pregunta es que somos conscientes de su gran importancia, no sólo en las obras de la Sociedad,sino en nuestras vidas personales. Nuestro proceso de discernimiento no busca simplemente encontrar una respuesta, sino descubrir la respuesta, la respuesta de Dios. Como joven Frédéric luchaba, con su elección de vocación sintiendo una obligación con el deseo de su padre de que fuera abogado, su propio deseo de seguir una carrera académica en letras, y el tirón que sentía en su corazon hacia el sacerdocio. Al mismo tiempo se veía influenciado por el aliento de muchas personas en su vida para convertirse en una voz en defenza de la Iglesia, un líder en su renovación y crecimiento.
Describiendo su discernimiento a un amigo, Frédéric dijo que había ” pasado un dificil aprendizaje en una virtud que me era desconocida, el avandono de mi misma a la voluntad divina ( 182, a Lallier, 1838)
Con frecuencia sus planes parecían desmoronarse, pero en lugar de sumirse en el desaliento,él buscaba constantemente la voluntad de Dios en las personas y los acontecimiento de su vida, preguntándose, a raíz de algunas primeras decepciobes ” ¿ No será esa combinación de circunstancias en si misma una señal de la Voluntad Divina? ( Baunard, 80).
El discernimiento de la voluntad de Dios, entonces, no es un sólo acontecimiento, un destello de sabiduría que nos diga cada paso que debemos dar por el resto de nuestras vidas. ” No basta con echar un vistazo superficial” explicó Frédéric. ” Es necesario reflexionar repetidamente” ( 34, a Falconnet,1731) Descubrimos la voluntad de Dios más a menudo en pequeños destellos revelados en los acontecimientos que nos rodean, y en.las personas que nos conocen. A través de nuestras reflexiones reflexiones apostólicas- en nuestras visitas a los hogares y otras obras durante las reuniones de la Conferencia, buscamos la voluntad de Dios, para que podamos crecer en la santidad que Vicente nos dice que se encuentra en su voluntad.
Al encontrar la voluntad de Dios, aunque sólo sea por el momento, debemos luego ” ir con simplicidad donde la Providencia Misericordiosa nos lleva contentos con ver la piedra en la que debemos pisar sin querer descubrir todo de una vez y por completo los vaivenes del camino. ( 136, a Lallier, 1736) Y esto nos lleva al segundo y quizás mayor desafío de discernir la voluntad de Dios: Actuar según ella.
El fallecido General Norman Schwarzkopf dijo una vez que ” el hecho es que casi siempre sabes lo que debes hacer. La parte difícil es hacerlo. De manera similar las oraciones del veato Frédéric para conocer la voluntad de Dios continuaron de una nueca manera una vez que creyó entenderla.
Hasta ahora pedía luz para conocer su Voluntad, ahora pido valentía para hacerla ” ( Baunard,184)
Contemplar
¿ Busco discernir Su Voluntad en las personas y los acontecimientos de mi vida?