July 23, 2025
Q: Resolution 114 says that a Conference can be “suspended” and it talks about an appeal process. But I’m not finding anything that tells us what needs to be done to suspend a Conference. For example, if a Conference refused to give us annual financial reports, according to Resolution 114 they can be suspended. But who tells them? Is it a local decision (e.g. Archdiocesan Council)? Does it have to be in writing? Etc.? Guidance? Where do I find this information?
A: The Council must submit a letter to the national vice president for the region showing the specifics of why the Conference should be suspended/dissolved. This letter must also include everything that was done to correct the situation. The national vice president, if convinced the information is sufficient, will submit the suspension request to the national president. If the national vice president or the national president is not satisfied with the information given, he/she will advise the next steps. Only the national president may suspend a member or a Conference.
Q: As a Conference can we limit the amount of money we pledge to those we serve, and can we put a limit on how many times a year we can serve the same person?
A: This question goes to the heart of what the Principle of Subsidiarity really is about. These are decisions that should be made at the local Conference level based on the circumstances unique to that Conference. What resources exist? What number of people are seeking support? How many Vincentians are available to provide quality encounters with the people being served? All these questions can only be answered by the Conference members. So, the decision is yours, it is not mandated by the higher-level Councils or by the National Council. However, as you prayerfully discern what you will do, you should also treat each case on its own merit. While making your decision as to the amount of assistance to give based on what is being requested and the resources you have available and saving funds for people who might come in the future might seem prudent, consider that that is not what our Lord is asking us to do. He asks us to love the one in need who is sitting here in front of us in the best way possible. If you place an arbitrary limit on the amount, then you cannot fulfill what our Lord is asking.
As far as the number of times a year to serve the same person, the same criteria essentially hold true. If you limit the number of times, then you turn people away before you even hear what they are asking for and of their circumstances. You don’t have to say “yes” to every request, listen and to be open to helping in any way possible. St. Vincent asks us to be “creative to infinity.” Remember that providing service does not always mean “giving money,” listening and prayer are also two essential services Vincentians provide, hopefully without limits
P: La Resolución 114 dice que una Conferencia puede ser “suspendida” y habla de un proceso de apelación. Pero no encuentro nada que nos diga lo que hay que hacer para suspender una Conferencia. Por ejemplo, si una Conferencia se niega a presentarnos informes financieros anuales, de acuerdo con la Resolución 114 puede ser suspendida. Pero, ¿quién es el indicado para anunciarlo? ¿Es una decisión local (por ejemplo, el Consejo Arquidiocesano/Diocesano)? ¿Tiene que ser por escrito? ¿Etcétera? ¿necesitamos más información? ¿Dónde puedo encontrarla?
R: El Consejo Arquidiocesano/Diocesano debe presentar una carta al Vicepresidente Nacional de la Región en la que se expongan los detalles de por qué la Conferencia debe suspenderse o disolverse. Esta carta también debe incluir todo lo que se hizo para corregir la situación. El Vicepresidente Nacional, si está convencido de que la información es suficiente, presentará la solicitud de suspensión al Presidente Nacional. Si el Vicepresidente Nacional o el Presidente Nacional no están satisfechos con la información proporcionada, sugerirán los próximos pasos. Sólo el Presidente Nacional puede suspender a un miembro o a una Conferencia.
P: Como Conferencia, ¿podemos limitar la cantidad de dinero que prometemos a aquellos a quienes servimos, y podemos poner un límite a la cantidad de veces al año que podemos servir a la misma persona?
R: Esta pregunta va al corazón de lo que realmente es el Principio de Subsidiariedad. Estas son decisiones que deben tomarse a nivel de la Conferencia local sobre la base de las circunstancias únicas de esa Conferencia. ¿Qué recursos existen? ¿Cuántas personas están buscando apoyo? ¿Cuántos Vicentinos están disponibles para proporcionar encuentros de calidad con las personas a las que se sirve? Todas estas preguntas sólo pueden ser respondidas por los miembros de la Conferencia. Por lo tanto, la decisión es suya, no es un mandato de los Consejos de nivel superior ni del Consejo Nacional. Sin embargo, a medida que se discierne en un espíritu de oración lo que va a hacer, también debe tratar cada caso por sus propios méritos. Si bien puede parecer prudente tomar una decisión en cuanto a la cantidad de ayuda que debe dar en función de lo que se solicita y de los recursos que tiene disponibles y de ahorrar fondos para las personas que podrían venir en el futuro, considere que eso no es lo que nuestro Señor nos pide que hagamos. Nos pide que amemos a la persona en necesidad, aquel que está sentado aquí frente a nosotros de la mejor manera posible. Si pones un límite arbitrario en la cantidad, entonces no puedes cumplir lo que nuestro Señor está pidiendo.
En cuanto al número de veces al año que se debe atender a la misma persona, se aplican esencialmente los mismos criterios. Si se limita el número de veces, entonces rechazan a las personas incluso antes de escuchar lo que están pidiendo y de sus circunstancias. No tiene que decir “sí” a cada solicitud, escuche y este abierto a servir de cualquier manera posible. San Vicente nos pide que seamos “creativos hasta el infinito”. Recuerde que prestar servicio no siempre significa “dar dinero”, la escucha y la oración también son dos servicios esenciales que los Vicentinos brindan, ojalá sin límites.
